Esas pequeñas lagartijas con ojos como de gato y que hacen un sonido muy particular son muy comunes en las casas. Sin embargo, se repite con frecuencia que son venenosos, que transmiten enfermedades e incluso, que orinan una sustancia que lastima la piel.
¿Es verdad o es un mito? El biólogo Alejandro Solórzano nos revela todo lo que debemos saber sobre estos pequeños inquilinos. Se mueven como relámpagos por los techos y paredes de casas, bodegas y todo tipo de construcción. ¿Los ha visto?
Es raro que alguien no ha tenido un susto en la casa al mover un cuadro, las cortinas o una caja y repentinamente uno de estos “bichitos” corra o salte despavorido al sorprenderlo.
Solórzano explica que los geckos lejos de ser dañinos resultan ser unos verdaderos aliados en el hogar, pues se alimentan de todo tipo de invertebrados, en especial de insectos y arañas, haciendo que haya control de este tipo de especies “desagradables” y perjudiciales para la salud.
La clave está en comprender que esta fauna urbana es parte de nuestro entorno y que podemos vivir en total armonía con ellos.
VIA SOY 502
