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¿Qué es la insuficiencia renal?

La insuficiencia renal es una de las muchas enfermedades que afectan a la población Guatemalteca. El consumo desmedido de ciertas sustancias o la desinformación acerca de los primeros síntomas pueden llegar a causar la muerte del individuo si no se llega a tratar a tiempo.

¿Qué es la insuficiencia renal?

El aparato urinario está formado por los riñones, los uréteres, la vejiga urinaria y la uretra y tiene como fin la formación y eliminación de la orina. 

Los riñones son dos órganos gemelos situados en la parte media de la espalda, encima de la cintura, uno a cada lado de la columna vertebral, con forma de habichuela y tamaño aproximado de un puño. 

El uréter es un conducto de unos 25 cm. de longitud y que propulsa la orina desde el riñón hasta la vejiga, saliendo desde aquí al exterior a través de la uretra.

Principales funciones de los riñones:

Groseramente podemos decir que los riñones son la depuradora de nuestro organismo y esta función la realizan a través de la filtración de la sangre que llega a los riñones por la arteria renal y que contiene las sustancias tóxicas para depurar (Urea, creatinina, Ácido úrico, calcio, fósforo, medicamentos, etc.) y que vuelve a la circulación ya depurada a través de la vena renal. 

Esta filtración se realiza a través de unos filtros minúsculos llamados glomérulos. Cada riñón tiene aproximadamente 1.200.000 glomérulos.

Otra función muy importante de los riñones, es mantener controlada la cantidad de agua de nuestro organismo, de forma que elimina el exceso del agua que bebemos y evita eliminar el agua que necesitamos. Además, simultáneamente mantiene el equilibrio necesario de muchos componentes de la sangre (sodio, potasio, calcio, fósforo, bicarbonato y otros iones) para que las funciones de otros órganos se realicen adecuadamente.

La orina que eliminamos es por tanto el resultado final de las 3 funciones anteriores, su composición y volumen variará en función de las diferentes circunstancias del día o los días. En esta composición influye lo que comemos, lo que bebemos, la sal que tomamos, si estamos tomando medicamentos, como estamos de hidratados etc. y el volumen total de orina fundamentalmente dependerá de lo que bebemos, de manera que bebiendo unos 2 litros, la orina formada oscilaría entre 1-1.5 l al día.

Además el riñón tiene otras funciones fundamentales como son:

  • Formación de la Eritropoyetina (EPO), que estimula la formación de glóbulos rojos en la médula ósea y cuya ausencia conlleva anemia.
  • Es regulador fundamental de la Tensión Arterial mediante el control del agua del organismo, el sodio y hormonas reguladoras de la tensión (Renina-Angiotensina-Aldosterona).
  • Composición del hueso, dado que se encarga de formar la vitamina D activa a partir de la  que tomamos con el sol y los alimentos y contribuye junto con la regulación de la concentración del calcio y el fósforo, a la formación de un hueso sano y de calidad.

¿Qué pasa si los riñones no funcionan bien?
Hay que señalar, que cuando hablamos de insuficiencia renal, estamos hablando de una alteración de la función de los 2 riñones o de uno en el caso de que sólo se tenga un riñón. Decir también, que se puede vivir perfectamente con un sólo riñón, pero es necesario asumir que el único riñón está realizando la función de los 2 y por tanto puede estar más predispuesto a desarrollar IRC si no lo cuidamos.

Cuando los riñones no funcionan bien, se produce una alteración en todas las funciones que le son propias y las manifestaciones tanto clínicas como analíticas, dependerán del grado de la perdida de función renal y si se trata de un problema agudo o crónico. 

Cuando se produce una insuficiencia renal aguda (IRA), su corta duración no suele dar lugar a que se manifiesten todas las alteraciones clínicas de la falta de función renal, sin embargo, cuando las alteraciones son prolongadas en el tiempo, hablamos ya de una Insuficiencia renal crónica (IRC) y en este caso progresivamente irán apareciendo los síntomas y las alteraciones analíticas propias de esta situación. 

A través de un sencillo análisis de sangre (urea y Creatinina)  y orina (sedimento y Albumina), se puede conocer el grado de alteración de la función renal y saber si se trata de una insuficiencia renal aguda o crónica.

Tipos de Insuficiencia renal y pronóstico
A grandes rasgos podemos decir que la insuficiencia renal se puede presentar de 2 formas: aguda y crónica.

  • 1.- Insuficiencia renal aguda (IRA):

La alteración de las funciones del riñón se produce de forma brusca. Las manifestaciones clínicas más habituales son las relacionadas con las 3 funciones principales, es decir, la función depurativa, la regulación del volumen de líquidos y la regulación de la composición de iones. 

Por tanto, lo más habitual es orinar poco o incluso dejar de orinar y por tanto habrá retención de líquidos con aparición de edemas y en los análisis se objetivará un aumento de la Urea y Creatinina, así como una alteración en la composición de iones. En algunas ocasiones estas alteraciones pueden llegar a ser graves y necesitan tratamiento inmediato, incluso diálisis. 

Las causas que pueden desencadenar esta IRA son múltiples y son más habituales en pacientes ingresados en un Hospital. Desde medicamentos, contrastes iodados en personas predispuestas, deshidratación por diarreas, vómitos o exceso de diuréticos, Tensión Arterial muy baja por infecciones graves, obstrucción a la salida de la orina (cálculos, próstata etc.). 

En personas no ingresadas, destacar que uno de los medicamentos que con mayor frecuencia pueden desencadenar esta situación son los Antinflamatorios, que habitualmente utilizamos para problemas de dolores articulares durante largas temporadas, teniendo mayor riesgo personas que ya tienen alteraciones de la función renal y ancianos. 

Por lo general, es una alteración reversible o que suele curar sin secuelas una vez que se ha resuelto la causa que lo ha producido.

  • 2.- Insuficiencia renal crónica (IRC):

Los riñones son “órganos diana” de muchas enfermedades y de hecho los Nefrólogos solemos llegar a diagnosticar enfermedades que han podido pasar desapercibidas hasta entonces, a partir de profundizar en la causa de una Insuficiencia renal. A día de hoy, las causas que destacan como más frecuentes desencadenantes de IRC son la HTA y la Diabetes Mellitus, de forma que si no se controlan adecuadamente, pueden lesionar los riñones. Otras enfermedades son: enfermedades de la inmunidad (nefritis), las infecciones crónicas de los riñones (pielonefritis), los cálculos renales y enfermedades congénitas de los riñones y vías urinarias.

Si por algo se caracteriza la Insuficiencia Renal Crónica (IRC), es por su falta de síntomas  hasta que las alteraciones llegan a estadios muy avanzados, donde las acciones que se pueden llevar a cabo para retrasar lo máximo posible su avance, se ven mucho más limitadas que si se realizara un diagnóstico precoz de la enfermedad. Incluso en fases muy avanzadas, la implantación lenta y progresiva de las alteraciones conlleva una adaptación del organismo a los cambios producidos y por tanto una falta de manifestaciones percibidas por el paciente.

En fases avanzadas lo habitual es encontrar: anemia por falta de Eritropoyetina, edemas o piernas hinchadas por retención de líquidos, Hipertensión Arterial (HTA) por mal regulación del volumen del agua, el sodio y las hormonas implicadas, cifras de Urea y Creatinina elevados por falta de filtración; niveles de fósforo y potasio altos, junto a la falta de bicarbonato en la sangre (acidosis) todos ellos por una mala regulación en su eliminación en la orina; también cambios en la composición del hueso, con huesos más frágiles y de peor calidad. Como podemos ver, son todas consecuencias derivadas de la pérdida de las diferentes funciones.

Cuando hablamos de IRC, estamos definiendo una situación mantenida en el tiempo, que es irreversible y por lo general progresiva hacia la Insuficiencia renal avanzada. La velocidad de la pérdida de la función de los riñones, dependerá por un lado de la causa que ha llevado a esta situación, pero por otro de una serie de factores sobre los que si podemos actuar para que la evolución sea lo más lenta posible.

Una consecuencia directa de tener una insuficiencia renal, es que siempre se debe de advertir este hecho cuando nos van a recetar un medicamento, bien porque puede que empeore la función renal (antinflamatorios, algunos antibióticos etc.) o bien porque las dosis habituales tienen que ajustarse al grado de insuficiencia renal (por lo general se necesita menos dosis de medicamento), mediante unas tablas que todos los médicos conocemos y tenemos en nuestras consultas. Muchos medicamentos son eliminados por los riñones y al reducir la dosis no disminuimos su eficacia, sino sus efectos secundarios. 

*Con información de RiojaSalud