El Programa de Estudios de Género y Feminismos de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) en Guatemala, presentó ayer la investigación denominada Vidas silenciadas, una tragedia de la que no se habla, que aborda 14 casos de suicidios de adolescentes por embarazos desde 2009 hasta 2019.
Según la investigación, las principales causas de muerte son por envenenamiento, que registra un 64.8 por ciento y por asfixia por suspensión, con un 35.2 por ciento. “En nueve de los 14 casos se conoció que la madre no estaba enterada que su hija estaba embarazada, hasta el momento del suicidio”, explicó Ana Lucía Ramazzini, investigadora del Programa de Estudios de Género y Feminismos de Flacso.
“En uno de los casos, el representante de los Cocodes le dice a los padres de la adolescente: tiene que conseguir dos cajas, una para su hija y otra para el bebé, ese es el momento cuando se enteraron que estaba embarazada”, añadió Ramazzini.
El estudio reconoció únicamente 14 casos de suicidios, porque los registros estadísticos nacionales no esclarecen el vínculo entre el suicidio y el embarazo no deseado o forzado.
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