Desde la corona de espinas que se cree habría portado Jesús el día de su crucifixión hasta un trozo de la cruz y uno de los clavos podrían haberse quemado en el siniestro.
La Catedral de Notre Dame es una de los edificios más emblemáticos y tenía resguardadas reliquias cristianas de valor incalculable, como la Corona de Espinas.
La corona es una circunferencia de espino trenzado de veintiún centímetros de diámetro que se encuentra conservada en un tubo de cristal.
Los historiadores señalan que se tiene presencia de la Corona de Espinas en Jerusalén, desde el siglo V, con las cartas de Paulino de Nola.
Luego de pasar por la Basílica de Sión en el año 570, después pasó a Constantinopla en el silbo VII, pero en el siglo X con la crisis económica del imperio pasó a prestamistas venecianos y fue adquirida por la monarquía francesa.
Desde 1801 se acordó que era propiedad de la Iglesia católica y pasó a la Catedral de Notre Dame.
Existen tres reliquias de Cristo en el Tesoro de Notre–Dame de París: la Corona de espinas, un fragmento de la Cruz y uno de los clavos.
*Con información de República
